Las
costillas de cerdo pertenecen a la categoría de carnes y derivados y son muy
fáciles de adquirir en cualquier supermercado o carnicería.
Debido
a su situación cercana al hueso, suelen ser las piezas más sabrosas y, en
consecuencia, una de las piezas más nutritivas por su gran contenido proteico y
vitamínico. Además, existen infinidad de formas de cocinarlas y acompañarlas
por lo que pueden ajustarse hasta al más exigente paladar.
Entre
su contenido vitamínico, destaca su alto valor en vitamina B1, vitamina que usa
nuestro organismo para usar de forma correcta los carbohidratos y, que además,
se usa en periodos de embarazo y lactancia y, para la prevención o mejora de
problemas digestivos, fortalecimiento del sistema inmunológico, enfermedades
cardíacas, problemas de visión entre los que se incluyen las cataratas y el
glaucoma, para mejorar el rendimiento deportivo, etc.
Además,
100 gramos de costillas de cerdo nos aportan aproximadamente 17 gramos de
proteínas, lo que las convierte en un alimento importante para ayudar al
organismo a funcionar correctamente, regenerarse, defenderse frente a
infecciones…
Por
otro lado, 100 gramos de esta pieza nos aportan aproximadamente 280 kcal, es
decir, un aporte de energía importante para nuestro organismo.
Como
os dije anteriormente, pueden prepararse y acompañarse de infinidad de formas
pudiendo así, ajustar a nuestras necesidades energéticas este delicioso plato
del cual muchos, no conocen sus verdaderas e increíbles propiedades.
Imagen de la receta "Costillas al horno con salsa barbacoa"
El Rico Paladar
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